Galletas Margherite di Stresa

Hoy toca galletas con historia. Vamos a preparar unas deliciosas Margherite di Stresa.


Como se puede intuir por su nombre, son unas galletas típicas de Italia, concretamente de la ciudad de Stresa, a orillas del Lago Maggiore, en el Piamonte italiano. Fueron creadas en 1857 por el chef y repostero Pietro Antonio Bolongaro para la princesa Margherita Teresa di Savoia con motivo de su primera comunión. Tanto gustaron estas galletas a la pequeña Margherita que, una vez nombrada reina, decició que se servirían todos los años en la recepción del 15 de agosto en la Casa de Saboya.

Ésta es la misma princesa Margherita a la que, años más tarde, y ya como reina de Italia, le dedicarían la famosísima pizza Margarita en una visita a Nápoles con su marido el rey Humberto I de Italia.

Volviendo a las galletas, decir que como peculiaridad, entre sus ingredientes se encuentra la yema cocida de huevo. Son unas galletas muy sencillas y delicadas, y con una textura y un sabor exquisitos.

Esta receta está sacada del maravilloso blog Galletas para Matilde. Lo único que yo he hecho fue adaptar los ingredientes para dos yemas de huevo en lugar de tres.

INGREDIENTES (para unas 20 galletas):
  • 100 g de mantequilla en pomada
  • 85 g de harina de repostería
  • 85 g de fécula de patata (también sirve Maicena)
  • 50 g de azúcar en  polvo + el necesario para espolvorear al acabar
  • 2 yemas de huevo cocidas
  • Ralladura fina de 1/2 limón
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 1 pizca de sal



PREPARACIÓN:
1- Lo primero de todo es cocer dos huevos. Para ello los ponemos en un cazo con agua fría. En el momento que el agua comience a hervir, contamos 12 minutos. Pasado este tiempo sacamos los huevos del agua y dejamos que enfríen un poco antes de pelarlos. Una vez pelados, se parten a la mitad para extraer las yemas y se reservan. Por supuesto las claras se guardan para comer en un sándwich o cualquier otro plato.

2- En un bol amplio se echan la harina, la fécula, el azúcar en polvo y la sal, y se mezcla bien.

3- A continuación se cogen las yemas de huevo y se pasan por un colador con la ayuda de una cuchara para que caigan desmigadas encima de la mezcla de harinas y azúcar.

4- Se añaden la vainilla y la ralladura de limón y se mezcla todo bien hasta formar una pasta homogénea. Se hace una bola y se mete en la nevera durante al menos 30 minutos. Así se podrá estirar mejor sin que se pegue.

5- Pasado este tiempo, se enciende el horno a 170º C, calor arriba y abajo, y se prepara una bandeja de horno con papel de horno o, mejor aún, con un tapete de horno tipo Silpat.

6- Se saca la masa de la nevera y se pone entre dos papeles de horno. Con la ayuda de un rodillo de cocina, se va aplastando la masa hasta conseguir una capa de 1 cm de grosor aproximadamente.

7- Se retira el papel de arriba y, con ayuda de un cortapastas en forma de flor (margarita) se van sacando porciones de masa que se van transfiriendo a la bandeja de horno. Una vez colocadas, y antes de meterlas en el horno, se les hace una pequeña hendidura con el dedo justo en el centro.

8- Se hornean entre 10 y 12 minutos, o hasta que se vea que empiezan a coger un ligero color tostado en la base. No tienen que tostarse, puesto que prácticamente conservan el mismo color después del horneado.

9- Una vez fuera del horno se dejan enfriar encima de una rejilla y, una vez frías, se espolvorean con más azúcar glas.



PUNTUALIZACIONES:
- Estas galletas no llevan levadura y ningún tipo de leudante.

- No es necesario dejar demasiado espacio entre las galletas al ponerlas en la bandeja de horno, puesto que no se esparcen hacia los lados con el calor, sino que permanecen con la mima forma durante el horneado.

- Lo mejor es guardarlas en una caja de hojalata para que se conserven frescas durante más tiempo y no pierdan el aroma, aunque con lo buenas que están no creo que duren demasiado tiempo en casa.

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