Muffins de calabacín y manzanilla

Aquí estoy otra vez. Después de dos meses de inactividad bloguera he decidido volver a publicar una receta. Espero empezar a publicar cosas con más asiduidad de ahora en adelante. Y para empezar a coger ritmo traigo una receta sencilla, de las de hacer en muy poco tiempo y con pocos ingredientes: Muffins de calabacín y manzanilla.


Esta es otra de esas sorprendentes recetas fat-free del libro de Harry Eastwood Red Velvet Chocolate Heartache del que ya he publicado alguna receta con anterioridad. Y digo sorprendente porque a pesar de ser unas recetas con poco o nada de grasa, resultan muy ligeras de sabor y con textura húmeda, y además muy sanas. Los muffins de hoy sorprenden además por el uso de la manzanilla, que no es un ingrediente nada habitual en repostería.



De sobra son conocidas las propiedades de la manzanilla (Matricaria chamomilla L.), que ya eran conocidas por egipcios, griegos y romanos: muy digestiva, favorece las digestiones difíciles y alivia los dolores de estómago. Hoy en día sabemos, además, que es buena para el hígado porque estimula la producción de la bilis, es buena para el colesterol porque ayuda a eliminar las grasas de la sangre. Actúa también como sedante en casos de nerviosismo o insomnio, y también es un buen diurético, puesto que ayuda a eliminar líquidos. Un sin fin de propiedades de las que también nosotros nos aprovecharemos.



Muffins de calabacín y manzanilla

INGREDIENTES:
  • 2 huevos, preferiblemente caseros o ecológicos
  • 120 g de azúcar
  • La piel rallada de medio limón
  • 200 g de calabacín sin piel rallado o picado finamente
  • 5 bolsitas de manzanilla (de las de infusión)
  • 150 g de harina de arroz
  • 50 g de harina de almendras
  • 2 cucharaditas de levadura sin aluminio
  • ½ cucharadita de bicarbonato
  • ¼ cucharadita de sal
  • Azúcar glas



PREPARACIÓN:

1- Precalentar el horno a 180ºC. Preparar 12 moldes de muffins.

2- En un bol batir los huevos y el azúcar durante unos 3 minutos hasta que estén montados y tengan un color pálido. Añadir la piel de limón rallada y el calabacín y mezclar bien con las varillas.

3- Vaciar el contenido de las bolsitas de manzanilla y añadirlo a la mezcla anterior. Añadir la harina de arroz, la harina de almendras, la levadura, el bicarbonato y la sal. Mezclar bien hasta obtener una mezcla homogénea.

4- Verter la mezcla anterior en los moldes de muffins ya preparados e introducir en el horno precalentado durante unos 45 minutos o hasta que se vea que están hechos.

5- Una vez fuera del horno, se dejan enfriar completamente y se espolvorean, con ayuda de un colador fino, con un poco de azúcar glas.



PUNTUALIZACIONES:

- La autora de la receta incluye además un icing (cobertura). Yo no soy muy amigo de coberturas, por lo que me limito a espolvorear con un poco de azúcar glas por encima. Si se quiere hacer la cobertura, se hace mezclando 3 cucharadas de infusión de manzanilla, 1 cucharada de zumo de limón y 160 g de azúcar glas (icing sugar). Debe quedar con una textura de pasta blanca. Si queda demasiado líquida hay que echar un poco más de azúcar glas en la mezcla. Una vez hecha la cobertura, hay que esperar a que los muffins enfríen unos 15 minutos, y extender la cobertura por encima con ayuda de una cuchara.

- Hay que recordar que los moldes de muffin no son los moldes de papel que se usan para las madalenas (los muffins NO son madalenas, aunque se les parezcan). Los moldes de muffin son más fuertes, más consistentes que los de madalena porque la masa de los muffins también lo es. Las madalenas son mucho más ligeras y esponjosas. Yo uso moldes de silicona: son lo suficientemente consistentes y además son reutilizables.



Unos muffins deliciosos, suaves, tiernos y, sin ninguna duda, muy digestivos.

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